jueves, 24 de septiembre de 2009

Porto do Son (alrededores)

Hoy me he levantado y no puedo dejar de sorprenderme de los regalos que nos hace la naturaleza, mientras me tomo un café observo y escucho el mar, las olas rompiendo en la playa, blancas y fuertes, el sonido adormecedor del chocar en la arena, el graznido de los cuervos y el chillido de alguna gaviota, las ardillas (con las que compartimos hotel) juegan entre ellas de pino en pino, pelirrojas y pequeñas no se asustan de la presencia humana, son unos bichos simpáticos. Lastima que en el día a día no pueda tomar el café de las mañanas en este entorno.
Ayer antes de comer fuimos a ver el Petróglifo de la Picota. Comemos en Porto de Son y salimos en busca de Dolmenes, Mamoas y petróglifos, jajajajaja, encontramos otras cosas además de los improperios de mi costillo contra los gallegos que no ponen una jodida señal indicando el camino, y si es por contra ponen siete que llevan al mismo lugar indicando direcciones opuestas jajaja, parece mentira que cada vez que venimos a Galicia se repita la misma historia. Gracias a la falta de indicadores en el camino encontramos uno de los mas hermosos Cruceiros de la zona "Cruceiro de Berrimes", una preciosa y delicada obra de cantería, la suerte nos acompaña y el propietario del cruceiro nos cuenta la historia de la existencia de esta obra, al parecer fue un regalo de bodas de su abuelo a la abuela de este, menudo regalo mas maravilloso. Continuamos por caminos vecinales en los que el coche apenas pasa entre las paredes de granito que separan unas fincas de otras, no sabemos a donde vamos solo vemos carteles con el nombre de las parroquias. Carballos, mimbreras, castiñeiros y eucaliptos se mezclan haciendo del lugar un bosque encantado, el camino se estrecha mas y mas y llegamos a un cruce en el que hay una fuente y un cruceiro, aparcamos y salimos a pasear. Sin querer llegamos a un lugar que es un paraíso, el silencio nos acompaña, las copas de los árboles van haciendo una boveda en el camino y multitud de parras sombrean la carretera, es una pequeña aldea con un río y unos cuantos molinos en desuso. Rodeando el río pomares, limoneros y naranjos, menudo contraste limones y naranjas conviviendo con castañas, esto es Galicia.
Ya se por que me gustan tanto las piedras, he crecido rodeada de ellas y se de la importancia que siempre tuvieron, no hay mas que mirar a nuestro alrededor.
Nos retiramos pronto al camping pues comenzó a orballar y tenemos ropa tendida pero antes una paradita a buscar el dolmen de Argalo, no es algo que me entusiasme pero como a Jorge le gusta nos damos una vuelta para poder observar que no se encuentra en buenas condiciones. Mañana iremos a Santiago donde las piedras hablan.

Nota: No se si las fotos de los petróglifos corresponden con el nombre pues es Jorge el que se lo tiene estudiado.



































4 comentarios:

Conral dijo...

Galle, qué bonito todo y qué interesante ir descubriendo rutas, paisajes, piedras... Esa tierra es impresionante.
¡Preciosas fotos!
Espero la entrada de Santiago.
Un abrazo
Conchi

tatuy dijo...

Que no nos aburres con tus fotos, no lo ves que esperamos nuevas entradas con nuevas explicaciones que nos hagan viajar contigo.
Es todo precioso,que lujo compartir con las ardillas el hotel jajaja, Jorge habrá flipado.
Un beso y feliz fin de semana.

Bego dijo...

Galle que maravillosa tierra la tuya, sin duda es especial y tiene unos rincones maravillosos donde yo me perderia unos cuantos dias sin dudarlo.
Por cierto quiero invitarte a participar en el sorteo de mi blog, si te apetece pasate.
UN beso enorme

Sabela dijo...

Pude escuchar el mar sentada a tu lado...
Abrazos.