El gran reto

Bueno comenzaré diciendo que esta historia comenzó en primavera de 2008, mi hijo me pidió que le comprara una espada y un escudo de madera, yo muy chula me opuse y le dije que si lo quería yo se lo hacia con la condición de hacerle también el traje de caballero medieval, que podría de ese modo ir disfrazado en carnavales y dar uso a la espada y el escudo.
¡Tonta, mas que tonta! en ese momento no sabia yo donde me estaba metiendo jajaja. Decidí que seria un trabajo de reciclado y fuimos corriendo la voz de que nos guardaran las anillas de las latas de refresco. ¡¡ Seis meses !! si leéis bien, seis meses reciclando las dichosas anillas, se necesitan muchas.
Cuando me puse a trabajar en ello me di cuenta de que me llevaría muchisimo tiempo el hacerlo (menos mal que soy previsora y me adelanto).
He tardado dos meses en coser la dichosa cota de malla, he utilizado 300 metros de hilo de pescar para coserlo, las chapas no las llegué a contar, solo en el cacho que veis en la primera foto van cerca de cuatrocientas. Los escudos de la cota son de fieltro rodeados de hilo de plata trabajados con el tricotin (idea de Vitoma), las botas llevan una sola fila de anillas y las hombreras son el culo de una botella de refresco cortado a la mitad y bordeado de anillas.
En este trabajo hemos utilizado anillas de refresco y de latas de conserva.
El escudo se lo ha echo mi hermano, le di una trasera de armario que encontramos en los contenedores de basura y el con la serreta (no se si se llama así) le puso el león, la espada es de lujo, también obra de mi hermano.
Y claro mi hijo se llevó el primer premio, según todo el mundo algo de esperar, yo solo sé que me sentí feliz al ver lo mucho que a el le gustó su disfraz .
Ahora quiero agradecer a muchas personas su colaboración guardándome las anillas, en primer lugar a mi amiga Ana y sus compañeros del metro ligero de Sanchinarro, a Cesar y los trabajadores del restaurante Estudiantes, a un montón de niños del Colegio Pinar del Rey que también nos guardaban las anillas, a Ricardo que me ayudó con la celada del casco, a los amigos de mi hijo que en el momento de las votaciones para el premio de mejor disfraz gritaban su nombre.
Y para el final dejo a mi club de animadoras favoritas, las chicas (jefe también tú) del foro Secomohacer, que durante dos meses me animaron cuando yo me desanimaba, que en mis momentos de bajón me empujaban con sus palabras y que sin ellas y sus ganas de ver este trabajo terminado tal vez no lo habría conseguido.
Gracias a tod@s por estar ahí, hacéis que me sienta querida.
Y a ti Jorge gracias por hacerme sentir tan orgullosa de ser tu madre.
No me olvido de la ayuda de Jose y de mi hermano, este trabajo es también de ellos, gracias chicos.
He dejado muchas fotos, pero creo que este trabajo las merece, ha sido un gran reto, una gran experiencia y sobre todo una gran satisfacción.